El virtuosismo musical de Gilberto Santa Rosa fue nuevamente aclamado con la concesión de un doctorado Honoris Causa por parte del Berklee College of Music, una distinción reservada para los más destacados en el mundo de la música. Como primer puertorriqueño en recibir este honor de Berklee, Santa Rosa consolida aún más su legado como un ícono de la salsa. Durante la ceremonia, la audiencia reunida en el Agganis Arena de Boston, Massachusetts, pudo apreciar la humildad y el carisma del artista, mientras recibía este merecido reconocimiento.
La entrega del título honorífico estuvo marcada por momentos emotivos y de reflexión. Santa Rosa, en un discurso espontáneo y sincero, hizo hincapié en la influencia determinante de sus padres en su carrera y en la importancia de la música en su vida desde una edad temprana. Con un tono afectuoso y humorístico, el cantante expresó su gratitud hacia su madre, recordándola con cariño y mencionando el impacto que tuvo en su formación como músico y como persona. La presencia de su padre, así como de su esposa, hijos y amigos cercanos, añadió un toque de calidez y camaradería a la ceremonia, demostrando el profundo apoyo y amor que rodea a Santa Rosa en su camino hacia la excelencia musical.
Al abordar la trascendencia de su género musical, Santa Rosa resaltó el papel que la salsa ha desempeñado en su vida como vehículo para el crecimiento personal y profesional. Reconoció los valores fundamentales que aprendió a través de su carrera, como la disciplina, el compromiso y el respeto por el talento de otros. Su discurso no solo fue un tributo a su propio éxito, sino también una inspiración para las generaciones futuras de músicos que buscan hacer de la música no solo una profesión, sino una pasión y un camino hacia el crecimiento personal y la realización.