Por: Víctor De La Hoz

Desde los intrincados mecanismos de un motor hasta las complejas redes del pensamiento humano, la curiosidad ha sido la fuerza que impulsa a Abraham Baños Sanjuanelo, estudiante de Ingeniería Mecánica y activo conferencista de la Universidad Autónoma del Caribe. Su reciente ponencia, titulada “MENOS ESTRÉS, MÁS RESULTADOS”, surge de una profunda reflexión personal y una fascinación por la psicología, interrogándose sobre los fundamentos de nuestros procesos mentales.
En un contexto global donde el estrés se erige como un obstáculo significativo para el desempeño, Baños Sanjuanelo aborda esta problemática con una mirada analítica y propositiva. Reconoce que en Barranquilla, una ciudad vibrante y en constante movimiento, la presión cotidiana puede sentirse con mayor intensidad. Sin embargo, su análisis trasciende las particularidades locales para adentrarse en la comprensión científica del estrés y sus implicaciones.
Apoyándose en investigaciones de renombradas figuras como la neurocientífica Kelly McGonigal, Baños Sanjuanelo destaca los efectos perjudiciales del estrés crónico en la concentración y el sistema inmunológico, alertando sobre su vínculo con enfermedades cardiovasculares y trastornos psicológicos. En este sentido, subraya la urgencia de adoptar estrategias efectivas para mitigar sus efectos, especialmente en un entorno demandante como el barranquillero.
No obstante, el joven conferencista introduce un matiz crucial: no todo el estrés es perjudicial. Citando los estudios pioneros de Hans Selye, Baños Sanjuanelo explica cómo una dosis moderada de estrés, gestionada adecuadamente, puede transformarse en un potente motivador. Sin embargo, advierte sobre la delgada línea que separa este estrés positivo de su contraparte debilitante, capaz de desencadenar diversas patologías físicas y mentales.
La preocupación por el impacto del estrés en la productividad a nivel mundial, respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), resuena con la realidad observada en Barranquilla. El avance en sectores clave ha traído consigo un ritmo de vida acelerado, incrementando las exigencias en el ámbito profesional y personal. Ante este panorama, Baños Sanjuanelo aboga por la adopción de prácticas concretas para la reducción del estrés.
Entre las estrategias propuestas, el estudiante destaca la meditación, el mindfulness y la actividad física regular como herramientas valiosas. Asimismo, enfatiza la importancia de crear espacios de desconexión, incluso en el entorno laboral, y de implementar una gestión eficiente del tiempo y la priorización de tareas en la planificación personal. Estos elementos, en su conjunto, contribuyen a un rendimiento óptimo sin sacrificar el bienestar integral.
En su reflexión final, Abraham Baños hace un llamado a la conciencia colectiva. Sostiene que la capacidad de rendir de manera efectiva en todos los aspectos de la vida está intrínsecamente ligada a la gestión del estrés. En una ciudad como Barranquilla, donde el ritmo parece acelerarse constantemente, es fundamental que la sociedad valore la salud emocional y mental como pilares fundamentales del progreso. La solución, argumenta, no reside únicamente en el esfuerzo individual, sino en la construcción de una cultura que priorice el equilibrio entre las demandas externas y las necesidades internas, asegurando así un crecimiento armonioso y sostenible.
La perspectiva de Abraham Baños Sanjuanelo nos invita a reflexionar sobre la relación entre el manejo del estrés y el logro de resultados sostenibles. Su análisis, partiendo de su propia curiosidad y extendiéndose a la comprensión científica y social del estrés, subraya la necesidad de adoptar estrategias conscientes y colectivas para transformar la presión en productividad sin sacrificar el bienestar.