
Por: Julia Sánchez
Mantenerse activo y saludable mientras se viaja puede parecer un reto, pero con algunos consejos prácticos es totalmente posible disfrutar del viaje sin descuidar el cuerpo. Lo primero es aprovechar cada oportunidad para moverse, incluso en espacios pequeños como aviones o estaciones. Hacer estiramientos suaves, rotar los tobillos y caminar un poco durante las escalas ayuda a mejorar la circulación y evitar la rigidez muscular que suele aparecer tras largos periodos sentado.
Además, llevar contigo un kit fitness ligero puede marcar la diferencia. Bandas de resistencia, una cuerda para saltar o ropa cómoda permiten hacer ejercicios sencillos en cualquier lugar, desde la habitación del hotel hasta un parque cercano. También puedes usar aplicaciones móviles con rutinas cortas de yoga o entrenamiento de bajo impacto, que son fáciles de seguir y no requieren mucho espacio ni equipo.
Planificar tu itinerario incluyendo tiempo para la actividad física es clave. Caminar para explorar el destino no solo te mantiene activo, sino que también te permite conocer mejor el lugar. Si tienes acceso a una piscina, nadar es una excelente opción para ejercitar todo el cuerpo sin esfuerzo excesivo. También puedes buscar clases locales de yoga o grupos de senderismo para combinar ejercicio con socialización y diversión.
No menos importante es cuidar la hidratación y la alimentación durante el viaje. Beber agua regularmente evita la fatiga y ayuda a mantener el cuerpo en óptimas condiciones. Llevar snacks saludables y elegir comidas balanceadas contribuye a que tengas energía suficiente para moverte y disfrutar sin sentirte agotado.
Finalmente, escucha a tu cuerpo y adapta la intensidad de la actividad según cómo te sientas cada día. No se trata de hacer ejercicio intenso, sino de mantener el movimiento constante para cuidar tu salud física y mental. Con estos consejos, viajar puede ser una experiencia activa y saludable que te deje con energía y buen ánimo para seguir explorando